DOCUMENTO PRESENTADO EN AUDIENCIA
PÚBLICA
ANTE EL CONCEJO DISTRITAL DE CARTAGENA DE INDIAS.
La Mesa del Movimiento Social de Mujeres de Cartagena
y Bolívar considera que la ciudad tiene una deuda pendiente con las mujeres a
todos los niveles, pero muy especialmente en el campo del Derecho a la Salud.
Aunque reconocemos que en los últimos años han
existido esfuerzos de toda índole para reorganizar el modelo local de salud, la
realidad alcanzada dista de ser la deseada y de tender hacia un Sistema
Distrital de Salud en términos de igualdad y equidad para todas las personas. No
es necesario hacer muchos estudios para mostrar la amplia crisis del sistema de
salud del Distrito; la ineficiente política pública local para ser un órgano
rector que promueva y proteja la salud de la ciudadanía; la enorme
insatisfacción de la ciudadanía, y la falta de ética existente tanto en las
aseguradoras (EPS) como instituciones prestadoras de salud, y en el quehacer de
más de un profesional tanto administrativo como sanitario en relación a la
prestación de la atención.
Así mismo el modelo de atención existente se caracteriza, por un lado, por priorizar y
centrarse en el hospital y derivado exclusivamente al tratamiento médico de
individuos enfermos (una atención meramente curativa y medicalizada). Y por
otro, privilegia la mercantilización de
la salud y el beneficio económico de las entidades aseguradoras y prestadoras
de los servicios, traduciéndose en una insuficiente calidad en la prestación de
los servicios y en un constante maltrato y actitudes abusivas tanto
administrativas como de praxis asistencial hacia lo/as pacientes. Como resultado de todo ello,
por todo el mundo es conocido, las
demoras en las citas, los obstáculos en pruebas o exámenes
complementarios, la desatención, la falta de atención
oportuna, adecuada y especializada; las
complicaciones innecesarias en enfermedades crónicas; el incremento de
enfermedades transmisibles; el rechazo de pacientes en urgencias; las muertes
anticipadas, etc. Y se demuestra que la mera cobertura de afiliación no
significa atención adecuada y digna ni protección de la salud.
Así, cabe señalar que:
El modelo es incapaz de entender y garantizar la salud
como un derecho fundamental, integral, indivisible y esencial por su
conexividad con el derecho a la vida.
Las directrices de la OPS y OMS se desconocen en
relación a los conceptos y la estructura
de promoción de la salud; y no se
contempla la promoción de la salud vista como una dimensión de la calidad de
vida de toda la población.
La estrategia de Municipios y Comunidades Saludables promovida tanto por la OPS como
por la OMS no se reconoce y los principios y orientaciones ni se incorporan ni
se implementan por parte del gestor de la salud del Distrito. La salud no se
incorpora en un sentido amplio e integral en la agenda de gobierno y no se impulsa
la formulación e implementación de políticas públicas saludables en el ámbito
local. Como consecuencia estamos lejos de ser un municipio saludable y que
protege la calidad de vida de sus habitantes.
El modelo de Salud del Distrito, pese a ser municipio
piloto en la unificación de las prestaciones de los regímenes subsidiado y
contributivo[2],
continúa generando desigualdades e inequidades en la accesibilidad y la atención
integral de salud.
En este marco las mujeres de Cartagena enfrentamos grandes
dificultades para ejercer nuestro derecho a la salud y para que se escuchen
nuestras necesidades y demandas:
La
incorporación de la perspectiva de género en el campo de la salud (sostenida
por la OPS y la OMS) tanto en las políticas, como en las investigaciones y en
la promoción y atención de la salud se queda en mera retórica.
El binomio
madre-hijo sigue siendo el asunto prioritario para las políticas y los
servicios de salud y en este contexto se sigue centrando y reduciendo, en granmedida, las
prioridades de atención a la mujer y vinculadas a su función reproductora y
maternidad.
§ Los
programas y servicios de salud siguen reproduciendo relaciones de poder-subordinación
y estereotipos sexistas desconociendo a la mujer como sujeto de derechos y
ciudadana.
§ Se sigue
manteniendo asimetrías en el acceso y uso de los recursos y beneficios de la
atención en salud. Y no se desarrollan suficientemente las opciones y la
autonomía de la mujer para tomar decisiones sobre su vida, su cuerpo y
sexualidad.
§ En el
análisis de las diferencias y asimetrías es preocupante que el sistema de salud
sigue desconociendo las demandas de las mujeres y no amplia suficientemente en
los servicios las opciones de promoción, protección y mantenimiento de la salud
§ Sigue siendo
preocupante la situación de la mujer adulta mayor en relación a los servicios
de salud. La feminización del envejecimiento es
una tendencia consolidada en el Distrito y la mirada social e institucional
está provista de una perspectiva asistencial-caritativa que incide desfavorablemente en los servicios
de salud. A pesar de algunos aislados esfuerzos, la protección en salud es
marcadamente insuficiente durante la vejez y el enfoque diferencial por género
y edad no se tiene en cuenta prácticamente.
§ La situación
de la mujer en relación a su salud se agrava al no incorporar la perspectiva
étnica en los análisis de los procesos de salud-enfermedad, en la formulación
de los programas y en la atención.
Este sistema excluyente y mercantilizado ha terminado
afectando particularmente a nosotras las mujeres, a nuestra salud y a nuestra calidad de vida. En este contexto el derecho a la salud
(incluidos los derechos sexuales y reproductivos) de las mujeres no es garantizado en el
Distrito y enfrentamos grandes dificultades para ser reconocidas como ciudadanas
con plenos derechos y en particular poder ejercer el derecho a la salud y los
derechos sexuales y reproductivos
Algunos datos y cifras
Las causas de morbilidad y mortalidad del Distrito, en
estos últimos años evidencian un proceso epidemiológico mixto de carácter
prolongado, en donde acontecen simultáneamente las causas asociadas a
enfermedades infecciosas y las enfermedades crónicas no transmisibles, más
vinculadas a los procesos de urbanización.
En salud, la afiliación de las mujeres al sistema de
salud en gran parte se hace a expensas del régimen subsidiado. En el año 2011
la población afiliada al régimen subsidiado en el Distrito era
de 410.226 personas. Esto significa que aproximadamente entre el 52 y el 54
por ciento de las mujeres cartageneras acceden a servicios de salud a través de
unas prestaciones que siguen evidenciando dificultades de accesibilidad y
limitaciones por distintas causas.
La mera cobertura de afiliación no
garantiza a la mayoría de mujeres cartageneras los principios de universalidad,
oportunidad, igualdad y equidad en la atención en salud. A la mayoría de
mujeres que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad, con bajos ingresos y
menor calidad de vida, se les limitan y condicionan los servicios de atención y
no se les cubre de manera integral y oportuna las necesidades y requerimientos
en salud en las mismas condiciones que aquellas personas que disponen de más
recursos y posibilidades.
La situación
se agrava con la crisis de infraestructura asistencial –centros de atención y
hospitales- que afecta particularmente a las mujeres y de manera singular a las
mujeres que viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza por la crisis de
infraestructura asistencial (el número de mujeres sisbenizadas para el año
2011, según Departamento Nacional de Planeación alcanza la cifra de 310.501 y
representan el 52% de la población beneficiaria del Sisben. Son alrededor del
63 % del total de las mujeres de Distrito).
Las
enfermedades
La complejidad del perfil de enfermar y morir se
acentúa en los grupos sociales más pobres de la ciudad (más del 40% de la
población)[3],
por la tendencia a padecer las enfermedades infecciosas y parasitarias -sin una
disminución sustancial- con un
incremento rápido de los procesos crónicos. Afectará
particularmente a la poblaciónafrocolombiana y en especial al 63 por ciento de
las mujeres que residen en condiciones de pobreza e ingresos bajos[4].
Las afecciones de la salud de la mujer
están relacionadas primordialmente con procesos y patologías de tipo
infeccioso, (en particular respiratorio, gastrointestinal, de piel, vías
urinarias y vaginal); cardiocirculatorio (hipertensión); nutricional (anemia);
y con patologías de causa externa relacionadas con heridas y traumatismos,
indicando el aumento de la violencia contra la mujer en el Distrito (muchas
veces subregistrada).
Las mujeres y
enfermedades transmisibles
Los últimos años se caracterizan por una tendencia a
agravarse tanto la salud colectiva como la individual de la población
cartagenera, al incrementarse la
incidencia de enfermedades infecciosas transmisibles que parecían controladas
–dengue, dengue hemorrágico, malaria, tuberculosis, sífilis congénita,
leptospirosis, Sida…-. La ausencia de un verdadera política de salud enfocada a
la promoción y prevención de la salud colectiva y un sistema poco eficiente y
eficaz de vigilancia y control epidemiológico, conducen a una mayor incidencia
de estas enfermedades particularmente,
en la población de los sectores populares y pobres de la ciudad, en donde
reside la mayoría de la población
afrocolombiana. Las mujeres, en estos últimos años, presentan, también, un
incremento de casos.
Las
mujeres y el VIH/SIDA
En el abordaje de las enfermedades infecciosas
transmisibles, por sus procesos particulares
epidemiológicos, relevancia sanitaria
y sus implicancias sociales y económicas, cabe referirse de manera
particular a la infección por VIH/SIDA en la ciudad. Las edades comprendidas
entre los 15 y 44 años son los más afectadas con un predominio en el hombre
(66,6%) con respecto a la mujer (33,3%).
La vía de transmisión principal es por relaciones
sexuales heterosexuales (70%), con respecto a la homosexual (11%) y en menor
proporción la bisexual (4%). El 81 por
ciento de las mujeres son contagiadas por vía sexual. La transmisión por
contacto heterosexual está aportando cada vez más mujeres contagiadas. El
número de mujeres infectadas
aumenta más de prisa que el de los hombres y la
tendencia epidemiológica en el Distrito es de una mayor afectación de la mujer
en el transcurso de los años.
Cuando la epidemia se inició, en 1999, en la ciudad
por cada 20 hombres una mujer era portadora del virus y finalizando el año 2010
la relación es de aproximadamente 2
hombres por 1 mujer infectada. Existe,
en el transcurso de los años, una relativa generalización de la infección aumentando
el número de mujeres infectadas puesto que viven condiciones de subordinación
frente al hombre y, aunque conozcan como protegerse contra la infección, con
frecuencia, no pueden ejercer su derecho de prevenir el contagio.
La
mortalidad de la mujer
De las diez primeras causas de mortalidad del
Distrito, la mujer se observa más afectada en seis de ellas. El sexo femenino,
para el año 2011, resultó ser el más afectado en la hipertensión arterial,
neumonía bacteriana, choque séptico, enfermedad cerebrovascular isquémica,
insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Cuando se observa específicamente las primeras causas
de mortalidad en el sexo femenino se observa: sepsis (23,6%), neumonía (18,8%),
enfermedad cerebrovascular (12,5%), infarto agudo de miocardio (12,3%),
hipertensión arterial (7 %), y el tumor maligno de seno (6,2%) constituyen las
seis primeras causas de muerte de las mujeres cartageneras.
Las
mujeres y la violencia
La violencia cotidiana contra las mujeres adquiere
dramáticas dimensiones. Diariamente, las mujeres cartageneras son víctimas de
violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y económica en el seno
familiar, en la calle, en los centros educativos, en el ámbito laboral,
instituciones de salud, dependencias públicas y en otros espacios. De forma
progresiva se va convirtiendo en causa epidemiológica y motivo de salud pública
en el Distrito. Al respecto se debe considerar
la dimensión y relevancia que va adquiriendo la violencia contra las mujeres
como afectación de la salud en las mujeres en todas las edades, condiciones y
étnias/raza.
La tasa de homicidios contra la mujer se ha ido
incrementando en el municipio. Para el 2009 era de 2,48, en el 2010 alcanzó el
valor de 3,87 y en el año 2011 fue de 5,05. Asimismo, el número de homicidios femeninos, en los
últimos años, se ha ido incrementando en
la ciudad. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 11 casos del total de las 25 mujeres
asesinadas en el año 2011 correspondieron las muertes violentas de las mujeres
relacionadas con la violencia sexista (feminicidios).
La
Razón de Mortalidad Materna
La mortalidad materna desde el punto de vista de salud
pública es un evento que afecta a todas las mujeres y en particular se
concentra entre las mujeres que viven en condiciones de pobreza[5].
La Razón de mortalidad materna es un indicador que reconoce,
internacionalmente, la calidad del servicio a favor de la mujer, y su reducción
depende de la mejora sustancial en la calidad de los servicios de salud, con
programas de atención especializados e integrales a mujeres embarazadas.
Las tasas (Razón) siguen indicando deficiencias tanto
en la adecuada accesibilidad como en la calidad de los servicios asistenciales
del Distrito y tienen un comportamiento muy fluctuante que pone en cuestionamiento
las estrategias para la disminución sostenible. El incremento en estos últimos
dos años ha sido ostensible. Para el año 2009 la razón era de 29,2 mientras en
el año 2012 alcanzó el valor de 45,8 incrementándose con respecto al año 2011
(En 2010 (59,4) y 2011 (31)).
RECOMENDACIONES
- Que el sistema de salud garantice la atención y protección integral a las mujeres cartageneras,
mediante un servicio de atención diferencial, teniendo en cuenta la etnia,
edad, opción sexual, territorial, capacidades diferentes y las mujeres en
situación de desplazamiento, de manera que permita mejorar la calidad de los servicios.
- Así mismo,
el sistema salud debe hacer
énfasis en una atención a la salud
preventiva de las mujeres, donde se
identifican a tiempo las enfermedades de
alto riesgo y seguramente se puedan atender las pacientes de manera oportuna,
evitando la mortalidad de las mismas. Es sistema de salud debe implementar de manera
urgente, articulada y participativa la
estrategia de promoción, atención y
prevención de los embarazos a adolescentes y a las jóvenes, contemplados en el
CONPES 147, a través de proyectos de
vida.
- El DADIS, como organismo de control y
prevención de la mortalidad materna, debe garantizar a la población de mujeres embarazadas, programas de atención integral con especialistas
en la materia,de manera que se
identifiquen a tiempo los riegos producto del embarazo sobre todo en aquellas mujeres
adolescentes.
- El
DADIS, como autoridad en la prevención y promoción de los derechos
sexuales y derechos reproductivos, debe desarrollar campañas constantes de
prevención de enfermedades de transmisión sexual y cáncer de cuello uterino.
- Así mismo, el DADIS debe liderar capacitación a funcionarios,
funcionarias y equipo médico en atención a usuarias desde un enfoque de género y
diferencial.
¡Las
mujeres cartageneras no podemos seguir muriendo, por falta de una atención en
salud de calidad!
MESA
DEL MOVIMIENTO SOCIAL DE MUJERES DE CARTAGENA Y BOLIVAR.
Julio
5 DE 2013
[1] Las ideas
fundamentales de este Documento están tomadas de Casanovas Lluis: Informe Mujer, Salud y Sida. Observatorio de
Derechos Sociales y Desarrollo, ODESDO, 2011.
[2]
Respondiendo a la Sentencia de la Corte
Constitucional, el Gobierno implementa en distintos municipios un proceso
piloto de la unificación de las prestaciones del régimen subsidiado y del
régimen contributivo en salud. Cartagena fue escogido como municipio piloto. En
la práctica no se ha implementado satisfactoriamente.
[3] Para el 2011, la tasa de pobreza es de 33,4%
y la pobreza extrema alcanza el 4,7%
[4] El número de mujeres sisbenizadas para el
año 2011, según Departamento Nacional de Planeación alcanza la cifra de 310.501
y representan el 52% de la población beneficiaria del Sisben. Son alrededor del
63 % del total de las mujeres de Distrito.
[5] Según la Organización Mundial de la Salud
(OMS) los cinco factores más frecuentes que representan el 70% de las muertes
maternas son: hemorragias graves, infecciones, abortos peligrosos, trastornos
hipertensivos (preeclampsia y eclampsia) y parto obstruido. Todos ellos se encuentran
muy relacionados con la falta de un control pertinente durante la gestación y
una atención adecuada durante el parto
por el personal capacitado Según la OMS/OPS, para reducir la mortalidad materna
es imprescindible la inversión en los sistemas de salud, y en especial en la
formación de parteras y en la atención obstétrica de urgencia disponible las 24
horas del día.
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