La historia que condujo a la
despenalización parcial del aborto en Colombia es larga, de casi cuarenta años,
y habla de la lucha del movimiento feminista en el país, del planteamiento de
un discurso político que reivindica el derecho a decidir sobre el cuerpo y de
diversos intentos de modificar la legislación vigente sobre el aborto.
La historia de la
despenalización del aborto es una apuesta por la vida, reivindica los derechos
de las mujeres y hace suyo el ejercicio de decidir sobre el cuerpo, la
autonomía y el libre desarrollo de la personalidad.
En 1975, coincidiendo con el
año de la Primera Conferencia de la Mujer organizada por las Naciones Unidas,
se presentó el primer proyecto de ley tendiente a despenalizar el aborto en
Colombia. Tenía como fin reglamentar “la interrupción terapéutica del embarazo.
El segundo proyecto de
despenalización parcial del aborto se presentó en 1979 por parte de la
representante del partido liberal Consuelo Lleras y apuntaba a proteger “la
salud y la vida de las mujeres que habitan en Colombia”.
En julio de 1987 se presentó
un nuevo proyecto de ley para la despenalización del aborto por parte del
senador liberal Eduardo Romo Rosero. El proyecto buscaba la legalización parcial
del aborto en casos de peligro para la vida y la salud física y psíquica de la
mujer; cuando el embarazo fuera fruto de violación, acceso carnal violento o
inseminación artificial no consentida, por taras o defectos físicos o psíquicos
del feto y cuando la mujer fuera drogadicta con problemas físicos.
Más tarde, en 1989, otro
senador liberal, Emilio Urrea, presentó un nuevo proyecto para la legalización
del aborto con un término máximo de noventa días en los casos de “serio peligro
para la salud física y psíquica [de la mujer], en relación con su estado de
salud o sus condiciones económicas o sociales o familiares, o las
circunstancias en que se produjo la concepción, o a previsiones de anomalías o
a deformaciones del concebido”.
La década de los 80 le
permitió al movimiento de mujeres volver políticos los temas que
tradicionalmente se consideraban privados. La problemática de la violencia
contra la mujer comenzó a centrar el accionar del movimiento y el lema de las
feministas chilenas “democracia en el país y en la casa” se reprodujo en diferentes contextos latinoamericanos.
Colombia ratificó la
Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y la introdujo en su ordenamiento
jurídico.
Las reivindicaciones del
derecho a decidir sobre el cuerpo por parte de las agrupaciones de mujeres
abordaron temáticas como la despenalización del aborto. El control de la
natalidad, el placer sexual y las libertades asociadas a los derechos civiles y
políticos también se siguieron exigiendo.
En 1991con la CN se introduce la igualdad formal de derechos
entre hombres y mujeres, y se incluye al
bloque de constitucionalidad los
tratados internacionales que velan por los derechos de las mujeres.
Paralelamente, las
feministas latinoamericanas y del Caribe habían propuesto el 28 de septiembre
como día de la despenalización del aborto en homenaje al 28 de septiembre de
1888, día en el que el Emperador Pedro de Brasil decretó la libertad de
vientres, es decir, que todos los hijos e hijas nacidas de madres esclavas
serían libres en adelante. Esta fecha fue escogida por un comité internacional
multidisciplinario de mujeres que se reunieron en Nueva York en 1990 para
lanzar la campaña por la despenalización del aborto en América Latina y el
Caribe. Su objetivo era lograr la humanización de los servicios de atención en
salud sexual y reproductiva; disminuir la morbilidad y la mortalidad materna;
que se diera cumplimiento a las leyes que permitían el aborto y la liberalización
de las leyes que lo penalizaban.
Más adelante las diferentes conferencias
internacionales sobre la mujer harían su aporte fundamental esta larga lucha.
En 1995, la senadora Piedad
Córdoba presentó el proyecto de ley 43/95 “por medio del la cual se dictan
normas sobre salud reproductiva”. En este proyecto si bien se desarrollaban las
temáticas de la realización plena de la vida sexual y reproductiva, la libre
opción a la maternidad/paternidad y la planificación voluntaria y responsable,
no se incorporaba un artículo que directamente buscara despenalizar el aborto.
Más tarde, en el proyecto de
ley de 1997, nuevamente la senadora Córdoba planteó la despenalización del
aborto por causas específicas como el acceso carnal violento, la inseminación
no consentida o por peligro de la vida de la madre.
A este debate puesta en la
agenda pública por el movimiento feminista llegan muchos actores, en 1998 la
Universidad Externado de Colombia convocó nuevamente a un debate sobre la
despenalización del aborto (Encuentro de Parlamentarios de América Latina y el
Caribe sobre aborto inducido)
En 2003 el Ministerio de la
Protección Social produjo la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva
incorporando los compromisos adquiridos por Colombia en los acuerdos internacionales de derechos
humanos y en las conferencias mundial
En 2004 se dio inicio a un
proceso de litigio estratégico de alto impacto para liberalizar el aborto en
Colombia por medio de una demanda frente a la Corte Constitucional liderado por
la Mónica Roa, la directora de programas de la organización Women´s Link
Worldwide
Y finalmente el 10 de mayo
de 2006, la Corte Constitucional de Colombia, “en una Decisión judicial que
constituye un hito en la lucha por construir una sociedad más justa fundada
sobre la base de la equidad de género, reconoció el derecho al aborto legal y
seguro como parte integral e indivisible de los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres en este país”
Entonces queridas mujeres y
hombres que nos acompañan, como la lucha a sido larga y tortuosa hoy no podemos
dejar que estos derechos adquiridos con tanto sacrificio sean enterrados y ni
siquiera cuestionados por fundamentalistas, ortodoxos, conservadores y
derechistas como el procurador Ordoñez, las iglesias y políticos doble moral
que transitan por allí.
La mesa del movimiento
social de mujeres de Cartagena y Bolívar les da la bienvenida y agradece su
presencia y apoyo en esta justa lucha que es una lucha que como todas las
luchas de las mujeres beneficia a la sociedad en su totalidad.
Información tomada de:
La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres
Por: Rubiela Valderrama Hoyos
Secretaria técnica de la mesa del movimiento social de
mujeres de Cartagena y Bolívar
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